- La mujer mira al elefante como queriéndole planchar.
- Es bonito ese gesto con que la mujer, cuando enhebra la aguja, le retuerce el bigote al hilo.
- La luna es la lavandera de la noche.
- Las arañas zurcen los calcetines de los rincones.
- Cuando el cisne sumerge en el agua cabeza y cuello, es como la mano de un brazo femenino que busca en el fondo del baño una sortija.
- Las criadas se exceden en el esmero de encerar los pisos para ver si así resbalan y se matan sus señores.
- Debajo de la almohada de los cochecitos de niño esconde la mamá sus ilusiones muertas.
- Adán no se divorció de Eva porque no encontró abogado.
- El que se casa trata de solucionar con la expiación el deseo de mujer.
- La maja desnuda, de Goya, es una almeja abierta.
- La dama de Elche es la primera mujer que gastó auriculares.
- Las mujeres son doblemente Judas cuando son traidoras entre ellas, porque dan un beso en cada mejilla a la víctima.
- La mujer que se muestra insinuante con el hombre mientras fuma engaña al cigarrillo con el hombre y al hombre con el cigarrillo.
- El corazón de la mujer es una máquina lavarropas de recuerdos.
- Mujer: nubosidad variable.
Rodolfo Cardona, Greguerías, Madrid, Cátedra, 1985.
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